domingo, 1 de mayo de 2011

República Oriental del Mate


Si alguien pasa con mate en mano y termo bajo el brazo, seguro que es uruguayo.

El mate es una bebida tradicional de la región sudamericana que comprende Paraguay, Argentina, Río Grande del Sur en Brasil y Uruguay.
Los indígenas de la Banda Oriental consiguieron yerba muy tempranamente a causa de sus intercambios con la población guaraní, desde entonces los habitantes de estas tierras practican la "ceremonia" de compartir la infusión.
En el campo, en las ciudades, antes, después, durante el trabajo, en las playas y paseos, incluso en las calles, los uruguayos toman mate.
Si bien el Uruguay no produce yerba mate, exporta 200.000 kilos anuales a los uruguayos dispersos por el planeta.
En Uruguay el mate es considerado bebida nacional y es de los países mencionados el máximo consumidor.  El Uruguay es porcentualmente el mayor consumidor de yerba mate del mundo, aquí la tradición de tomar mate puede considerarse un factor de identidad nacional.
El termo, inseparable ya del mate, ha llegado a "ser parte del esqueleto humano" y, situado entre el brazo y la caja del cuerpo, se ha desarrollado como un "órgano nuevo".
Difícilmente pueda concebirse un hogar uruguayo sin un mate, y hay muchos de ellos con más de uno, para diversas ocasiones o momentos. A tal punto su difusión está extendida, que podríamos llegar a pensar que es el único componente unificador de clases que existe, pues desde el más humilde hasta el más encumbrado tiene incorporado el hábito del mate.
Daniel Vidart es un antropólogo uruguayo que ha dicho al respecto: "tras el ademán litúrgico de preparar, cebar, y tomar mate hay una concepción del mundo y de la vida...el mate vence las tendencias aislacionistas del criollo...empareja las clases sociales...Y en todos los tiempos fue el mate el que hizo la rueda y no la rueda la que trajo al mate".
El mate, en general, se toma compartido, en rueda.
El primer mate se lo toma el mate, el segundo el cebador y recién después, le corresponde a los demás participantes de la rueda según el orden previamente indicado. Un mate a cada uno, en estricto orden exactamente igual en cada vuelta. Si alguien se cambia de lugar, el cebador es el encargado de mantener el orden original, impidiendo los "adelantamientos".
El último mate no existe, ya que el último es aquel que un uruguayo tomó antes de partir hacia una mejor vida, donde quizá se reencuentre con viejos compañeros materos, para reanudar la rueda que se vio momentáneamente suspendida, y recordar cada uno sus historias. Por eso, cuando finaliza una rueda, cada uno toma "el penúltimo".
Al ser la rueda un concepto infinito, el integrante sabe que mientras esté en ella, siempre le ha de llegar "otro mate" en la siguiente vuelta, pero si en algún momento ya no le apetece otro, jamás va a pronunciar la sacrílega frase "No quiero más". Un uruguayo siempre quiere otro mate, y en su lugar, va a decir sencillamente "¡Gracias!" para indicar que, en esta rueda, ya está satisfecho.



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