Siguiendo los pasos de concentraciones como “El Rastro” de Madrid, “Portobello” de Londres o el “Mercado de pulgas” de París, se fue extendiendo por los alrededores y diversificando, al punto que hoy puede encontrarse desde una antigüedad valiosa hasta una fruta de estación.
Todos los domingos, a partir de las 9 de la mañana y hasta alrededor de las 4 de la tarde, Tristán Narvaja se convierte en la calle más concurrida de Montevideo, entre esas casas bajas que se acercan a los cien años y los plátanos de sombra en las veredas.
Visitarla se ha convertido en un ritual, para montevideanos y turistas, en un recorrido por los sabores, la historia, la sensibilidad y la imaginación.
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